Mi mamá me contó que, en plena Crisis de Octubre, su tarea —junto a mi padre trabajaba como maestra voluntaria en las serranías guantanameras— fue vigilar, fusil en ristre, con casi cuarenta semanas de embarazo y mi hermano de 11 meses a cuestas, la frontera con la Base Naval yanqui. Quizás por eso, días después, salí como un cohete.
Mi generación es parte de un pueblo que siempre ha pensado como país desde que se dijo que esto era de patria o muerte. Lo pensó cuando Girón, lo piensa en las múltiples ocasiones en que se ve venir una guerra que nadie desea, pero que todo el mundo asume como parte de la dignidad de habitar una pequeña isla decidida a construir la utopía. No ha habido batalla que no cuente con el apoyo de multitudes, ya sea en una trinchera, en el surco o detrás de un torno.
Pensamos también como país para apoyar empeños voluntaristas que desbarataron los cimientos, muros y repellos de nuestro producto interno bruto, como esa Zafra de los Diez Millones que nos obligó a tocar las puertas del CAME y de toda su «camerilla», para amarrarnos a una interpretación del marxismo que acabó con la quinta y con los mangos en la vieja Europa, y con malanga y su puesto de viandas en la siempre dependiente economía cubana.
Pensamos como país incluso para exigirles a compatriotas nuestros —mítines de repudio mediante— que partieran definitivamente a 90 millas, como si el hecho de que fueran ladrones, asesinos, prostitutas, proxenetas… —la mayoría ni eso— los eximiera de ser nuestros ladrones, nuestros asesinos, nuestras prostitutas, nuestros proxenetas… Y la falacia incluyó vejaciones y «Hay golpes en la vida, tan fuertes… ¡Yo no sé!».
Por eso mi resquemor ante el «pensar como país» con que se nos bombardea en estos días, pues en cierto sentido diluye responsabilidades. El de la trinchera puede dormirse y dejar entrar un alijo de drogas que melle la espiritualidad de algunos jóvenes; el del surco, como el poeta, aplastar una postura y tener su sermón; el del torno demorar la pieza de repuesto necesaria para burlar el bloqueo. Pero el presidente y el Gobierno que lo acompaña están ahí porque el soldado, el tornero y todos los demás «los elegimos» para conducir los bueyes de la nación, y cada decisión que tomen acarreará, a favor o en contra, un costo económico y humano mucho mayor que las del resto, como los tuvo el desmantelamiento de la industria azucarera, un renglón que, bien administrado, diversificado y con la totalidad de los centrales en pie pudiera estar dando a Cuba unos cuantos barcos de petróleo.
Cabría preguntarse cuánta gasolina se dilapida en esos recorridos anunciados que van al oasis y no al desierto, que inauguran obras de las que después no se vuelve a hablar o reinauguran otras de las que nunca nos enteramos cuándo cerraron, que esconden el sí se puede que no se pudo, que siembran el virus de la complacencia colectiva.
Los llamados no faltan, las consignas tampoco, y la gente siempre responde. Si dependiera del entusiasmo y de la voluntad, ya el edén nos quedaría chiquito. El problema no es de estatura —este pueblo es grande, señor mío—, sino de estructura.
Se habla de tomar en cuenta las enseñanzas que nos dejó el periodo especial. Pero es que en los noventa todo estuvo estudiado, incluso para una llamada opción cero o guerra total (a mi familia le hubiera tocado mudarse para Corralillo; mi abuela, con sus 79 años, se desempeñaría, porque alguien lo dictó así, como camillera). Y no recuerdo un solo día, con camellos, bicicletas y todo, en que el transporte en la capital se paralizara, como sucedió el domingo pasado, o en que el país dependiera de un barco que solo demora cuatro días en recorrer el trayecto desde Venezuela. Debe ser que Trump es más hijo de puta que los dos Bush, Clinton, Reagan y nuestro «amigo» Carter.
Un joven economista ha hecho diez propuestas para sacar a la economía del hueco, pero los de «bacheo» no le han hecho el menor caso, ni siquiera para decirle «nescafé». Nos acordamos de Vietnam y de China solo para analizar las enseñanzas políticas del tío Ho y demostrar que estamos acompañados en nuestro proyecto socialista, nunca para imitar, al menos un porciento ínfimo —no colosal, diría Guillén—, lo que han hecho para estar como están.
Llama la atención que las mismas «fortalezas» que se esgrimen para aplacar el temor a otro periodo especial —mejor llamarle «segunda temporada»— no hayan servido para evitar una situación como la que estamos viviendo, desencadenada, para angustia mayor, en plena temporada ciclónica. Es de desear, en tiempos en que no soplen vientos fuertes, la misma organización y disciplina que logra la Defensa Civil ante cada fenómeno meteorológico.
Ojalá y para el aniversario 500 de San Cristóbal de La Habana la coyuntura no nos coja atados de tal manera que solo contemos con combustible para darle vuelta y media a la ceiba. Y que los solidarios de «tiempos difíciles» recuerden a esas embarazadas, madres con niños, y ancianos como mi abuela pidiendo a gritos —en cualesquiera paradas y épocas— una camilla que los traslade.
Pensar como país pasa por entender que no es la misma complicación la de estar en el papel del ministro de Transporte que la de aquellos que tenemos que movernos todos los días en lo que sea, Canel, en lo que sea.
Este texto fue publicado originalmente en el perfil de Facebook de Jorge Fernández Era. Se reproduce íntegramente en elToque con la intención de ofrecer contenidos e ideas variadas y desde diferentes perspectivas a nuestras audiencias. Lo que aquí se reproduce no es necesariamente la postura editorial de nuestro medio.
comentarios
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Liandy
El Negro
Pocoyo
Quisiera q se hiciera un artículo sobre las misiones médicas en otros países.
Cuánto recauda el país y todo lo relacionado con eso.
SIN PUDOR
Es increible ver como El Negro habla de cosas q no viene al tema. Ese es el gran defecto de ustedes los comunistas que no saben hacer autocritica, que piensan q xq alguien le dice algo distinto ya es un gusano. X eso este pais esta como esta. Lleno de dirigente asi como ustedes q solo piensan en lo bueno, pero en las cosas malas xq no se pueden hablar, o es acaso q somos perfecto. Aqi se habla de problema estructural. Nade qiere q venga ning�n americano a decirnos q hacer o es q no entendieron el escrito. A veces pienso q escriben aqi xq le pagan para decir cosas sin sentido.
Nadie qiere q esto cambie pol�ticamente sino qeremos cambios econ�micos. YA ES HORA
Aqi todos qeremos a una Cuba con todos y para el bien de todos, una Cuba q siiii, xq no, donde todos seamos continuidad, pero ya es hora de q pensemos diferentes y dejemos el discursito de los EEUU (q es verdad q no sirven para nada), de las consignas vacias y empezemos hablar de como resolver nosotros mismos nuestros problemas.
Es a caso un delito imitar el sistema Chino o el de Vietnam, acaso no son socialistas al igual que nosotros.
Pensemos todos
Pensemos como pais
LRC
We Are The Oranges And They Think The Juice
Ore.cu
Economía capitalista, apertura de mercado, realmente cuba mejoraría aparentemente, esto es lo q quiere eeuu seguramente con un funcionamiento así se eliminaría el bloqueo en gran parte, solo este hecho haría mejorar nuestra situación, lo q no dices es q las desigualdades aumentarían, y si la apertura como todos piden bien amplia, varias empresas de comunicación y etc, también habría que privatizar la educación, la salud esto es así y aquí es donde la gran mayoría de las personas no estamos de acuerdo en pagar ese precio, aquí me incluyo yo por supuesto. Un ejemplo un cubano se va para eeuu a trabajar por años y mantiene la ciudadanía cubana este se enferma y viene para cuba a recibir atención medica gratuita pq no se atiende allá donde todo es bueno con aire acondicionado si esta trabajando y pagándole un salario de capitalista para q pague todo. Deberían de disfrutar todas las mieles q les brinda aquel sistema esto es como decir me gusta aquello y me gusta esto… Y estamos hablando de la primera economía, q se puede esperar entonces en otros lugares q llevan una vida con esa economía segura y triunfalista según ustedes y las personas si están desesperadas por el hambre y la falta de atención en lo social.
Henrick
Sólo una cosa:es drink no think.Arréglalo
Julio Cesar
complacencia colectiva.
Magistral, el silencio ha tenido que ser jajajja, solo se puede hablar de lo bueno, lo demas es darles armas al enemigo, jjaajaja
Ore.cu
R�flexion
Cuando oyes hablar de que en el pa�s hay capacidad industrial para producir bienes necesarios y no se pueden explotar a toda capacidad pues falta dinero, recursos� (enti�ndase combustible) y materias primas, adem�s de priorizarse otras actividades b�sicas necesarias, pero en cada ocasi�n oyes justificaciones que difieren entre si, hago este pre�mbulo para llegar al punto necesario del CEMENTO, hablo del caso en la ciudad de Matanzas, pues la Habana con sus 500 y el Tornado este no falta, tiempo reci�n UD lo encontraba en las 2 monedas con una frecuencia de pocos d�as pero esa brecha se fue alargando al punto que solo se encuentra en MN con muy poca frecuencia en un mes, priorizando los SUBSIDIOS y lo que SOBRA entonces es liberado, Quien no requiere que se le subsidie pues tiene la capacidad de invertir en su casa, debe esperar que la casa le caiga encima??? para en el mejor de los casos terminar en un Albergue o aplastado por el techo que se derrumb�, las SOLUCIONES no pueden ser a 10 – 30 a�os, en estos casos el asunto del cemento y su soluci�n ya tienen clases pendientes a punto de perder el curso y desaprobar, se conoce que el cemento Cubano se vende en tiendas de Dominicana, Panam�, M�jico, no creo que la soluci�n sea importarlo en ML con la nueva variante de las importaciones.
Por ahora yaaaaa.����������� Fin del 1er Cap