Central azucarero Heriberto Duquesne / Foto: Sadiel Mederos
Azúcar cubana, ¿qué harás esta noche? (I)
16 / febrero / 2022
El sol se escurría entre las hendijas del viejo central azucarero y la neblina del amanecer apenas refrescaba el sudor de las sienes. Era el equinoccio de primavera de 2015 pero en el batey José María Pérez (provincia de Villa Clara) nada parecía florecer entre la yerba mustia y polvorienta a ambos lados de la guardarraya.
En Cuba hasta los más nuevos centrales son en realidad viejos, con nombres diferentes, como el otro que visité ese día, el Heriberto Duquesne, fundado en 1868 y llamado Central Adela hasta 1978, cuando al cambiar los títulos se aspiraba a modificar esencias profundas.
Era un mundo caótico y surreal. Afuera, el aire levantaba constantes estelas de polvo y picapica (plantas urticantes). Adentro, el calor insoportable y las volutas de vapor ácido dificultaban la respiración, mientras el ruido ensordecedor espantaba cualquier pensamiento...
Yo miraba los rostros de las personas que trabajaban allí. En la televisión nacional casi siempre muestran las chimeneas humeantes, las ruedas dentadas en movimiento, las máquinas cortadoras en los campos (como si el azúcar se produjera sola). A veces, alguna que otra entrevista de trabajadores asegurando (con el mismo discurso) que iban a sobrecumplir el plan y la importancia que tenía el rubro exportable para el país. Pero los planes nunca se cumplieron y la tendencia general de la producción fue a la baja. Los rostros de esos entrevistados seguían fundiéndose en mi memoria con aquellas ruedas dentadas funcionando en automático.
Por ello seguía mirando esos rostros ante mí, impresionado por su esfuerzo diario en ambientes crudos, cuyas vidas descubrí profundamente atadas al central. No paraba de preguntarme: ¿qué planes tendrán para hoy en la noche?
Central azucarero Heriberto Duquesne, en la provincia de Villa Clara / Foto: Sadiel Mederos
Interiores del central Heriberto Duquesne / Foto: Sadiel Mederos
Algunos trabajadores se quedan conversando después del «matutino», una especie de acto político informativo donde lo mismo se informa sobre el cumplimiento de los planes de producción que se analizan discursos de líderes cubanos o noticias del Noticiero Nacional de Televisión (NTV) / Foto: Sadiel Mederos
Exteriores del central Heriberto Duquesne / Foto: Sadiel Mederos
Un vagón cargado de caña es descargado en la estera / Foto: Sadiel Mederos
Osniel, 17 años, encargado de la caldera del central, soportaba altas temperaturas y partículas incandescentes: «Esta noche voy a una fiestecita en el barrio» / Foto: Sadiel Mederos
Ellos limpiaban las cenizas de la caldera. Alberto (derecha), 55 años: «¿Qué tú crees, Esteban? ¿Esta noche jugamos dominó?» / Foto: Sadiel Mederos
Interiores del central Heriberto Duquesne / Foto: Sadiel Mederos
Desiderio, 64 años, encargado de la caldera de cristalización del azúcar. Se encogió de hombros con la pregunta / Foto: Sadiel Mederos
Trabajadores de la sección transportadora de la caña / Foto: Sadiel Mederos
Rogelio, 53 años, supervisor de transportación: «Atender a mi mujer…» / Foto: Sadiel Mederos
Rosa, 35 años, cocinera de uno de los equipos de corte en el campo: «Cuando llegue a la casa en la noche también tengo que hacer la comida…» / Foto: Sadiel Mederos
Rosa trabaja dentro de una pequeña caravana de metal, de 4 x 10 metros, con el techo a menos de un metro sobre su cabeza. Allí meriendan y comen la docena de trabajadores que componen cada equipo de corte y transporte en los campos. Dentro de la caravana la temperatura puede alcanzar los 60 grados centígrados. / Foto: Sadiel Mederos
Exteriores del central Heriberto Duquesne / Foto: Sadiel Mederos
Trabajadores de la sala de comandos / Foto: Sadiel Mederos
Luisa, 48 años, ingeniera química: «Lo de siempre… inventar la comida y ver la novela en casa de la vecina» / Foto: Sadiel Mederos
Dos trabajadores del central / Foto: Sadiel Mederos
Alexis, 24 años, se encargaba de remover la costra de uno de los rodillos bajo el sol: «No tengo planes para esta noche» / Foto: Sadiel Mederos
La producción de azúcar en Cuba decreció en un 19% durante la zafra 2015-2016. El descenso rompió la tendencia al alza que experimentaba la industria azucarera desde 2010. Este declive continuó en los años siguientes. En la zafra de 2021 Cuba produjo apenas 816 000 toneladas métricas de azúcar sin refinar, la cifra más baja desde 1908.
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