Proyecto de música urbana La cruzada. Fotos cortesía de los entrevistados.
Raperos llevan su propia cruzada
10 / febrero / 2017
“Pesadas tus cadenas, no acepto la impotencia
Estoy aquí contigo para hacer la diferencia (…)”
Casi siete años escribiendo canciones todas las madrugadas. Escuchando hip hop, rap y no reguetón. Acumulando historias de su país para luego llevarlas a sonidos e imágenes. Por suerte, las mil dudas de por dónde desandar en una Cuba que tiene debajo de cada piedra un músico, no anularon su empeño.
Llegó el 2016 con tres discos -aunque con apenas presentaciones-, premios, publicidad, una banda y un montón de buenos amigos acompañándolos. El dúo (Gustavo (G-Rhymes) y (Ró) Rodney), que sólo improvisaba frente al público de los Festivales de Artistas Aficionados de la Universidad de La Habana, hoy se define como el grupo de música urbana La Cruzada y no entiende de límites en la creación.
“Lo que hacemos es andar con nuestra música llevando mensajes de aliento y fe, transmitiendo ideas positivas. Una cruzada, pero no como las de siglos atrás. Decidimos re-localizar ese concepto”.
A través del arte Gustavo González, ingeniero industrial devenido rapero y director de la productora independiente Misión Calle, apuesta por la defensa de la niñez, la no violencia y el derecho a Soñar. Pareciera repetir frases sólo aparentemente de “moda”, pero el discurso se concreta en hechos muy tangibles, organizados con total autonomía.
“No tengo niño o niña aún, ni tuve una infancia tormentosa, se trata de ser consecuente con temas de imprescindible debate. Escogimos hacer canciones y otros proyectos relacionados con el arte que aporten a las personas, sanen y estimulen”.
Que esta canción (…) sea destello para ti
Ratifico el compromiso de entregarte más de mí
Redimida sea tu infancia, hay tiempo todavía
Es tu llanto la vergüenza que no cesa en estos días.
(Fragmento de la canción Pedazo de cielo)
“A partir de nuestro disco Pedazo de cielo decidimos generar un proyecto mayor, involucrar más artistas, preparar exposiciones fotográficas con la misma temática del cuidado de la niñez, sumar más creadores de distintas manifestaciones. En total hemos incorporado a más de treinta artistas y ya realizamos este año la segunda edición de Pedazo de cielo.
Las letras de este CD abarcan temáticas diversas, aunque destacan temas como la fe y la búsqueda interior; siempre en fusión de generar cambios positivos de conducta en quienes escuchan.
“Compartimos nuestra fe con mucho respeto. Creemos que el arte es un escenario propicio para dialogar. El reto es ser diversos, reinventarnos constantemente y no caer en los clichés asociados a las drogas, la prostitución, las críticas sociales, buscamos también historias asociadas a las dudas de los niños, sus angustias, como revertirlas, el derecho a que tengan sueños. Estimulamos a qué cada adulto recuerde y se sienta niño o niña, pero que a la vez se sienta responsable por vivir en una convivencia de Paz.
“Organizamos trabajos comunitarios en algunos barrios marginales de Pogolloti y Centro Habana. Durante un año implementamos un taller de fotografía, para fomentar técnicas grupales, en una Secundaria Básica. Los muchachos hacían sus propias fotos, trabajos de manualidades y vimos como el arte transformaba sus vidas.”
“Nadie nos indicó hacer esto, ni cómo”, asegura Gustavo. “Revisamos una Tesis de Grado de una estudiante de Comunicación Social y aplicamos algunos pasos metodológicos, pero lo que nos interesaba: generar movimiento y cambio en la vida de los jóvenes, lo logramos.
“También comprendimos que las vías para enviar nuestros mensajes debían ser múltiples, no sólo desde la música. Por eso fundamos en el 2012, Misión Calle, una casa productora independiente, donde preparamos nuestros discos, videos clips, DVD y toda la imagen visual del grupo. Con la misma jerarquía concebimos exposiciones y proyectos audiovisuales en función de ayudar a otros jóvenes que pasaron -o pasan- al igual que nosotros, el Niagara en bicicleta a la hora de desarrollar una carrera artística. Esto lo hacemos sin ánimo de generar competencias, sino de estimular propósitos en común. Siempre el resultado en equipo es mejor que la suma de las individuales.
“Somos un grupo muy pequeño que incluye a Rodney (Ró) (cofundador de La Cruzada), el fotógrafo y realizador audiovisual Eduardo Pérez (Eddos), entre otras dos o tres personas. Hemos trabajado muy duro, aprendiendo a apoyarnos, complementarnos, intercambiar roles, siempre con la meta de obtener la mayor calidad posible en todo lo que hacemos.
Somos un grupo con más discos que conciertos, que escapamos de la fiebre del reguetón cuando iniciamos a formarnos empíricamente como músicos, que hasta hace poco no pertenecíamos a ninguna institución, excepto la Asociación Hermanos Saíz, que si fue incondicional con nuestro trabajo, pero insistimos, e insistimos, y ahora estamos listos para andar con nuestra fe cruzando por dónde sea necesario”.
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