Foto: Enrique Torres.
¿Superará otra vez el dólar la barrera de los 100 pesos cubanos?
17 / mayo / 2021
Si el economista Pavel Vidal hubiese cobrado todas las veces que alguien le ha pedido anticipar la cotización del billete verde, probablemente sería rico.
En Cuba esa ha sido «la pregunta» desde que en octubre de 2019 el Gobierno anunció la apertura de las primeras tiendas en moneda libremente convertible (MLC). Un año y medio después prácticamente todo el comercio minorista emplea como instrumento de pago la moneda estadounidense, cuyo precio en el mercado informal no deja de crecer.
Mientras la tasa de cambio oficial se mantiene inalterable, en el mercado paralelo los dólares en tarjeta (MLC) se cotizan a 55 CUP y el efectivo se acerca a los 60. Con las fronteras cerradas, y sin nuevas vías para el envío de remesas, en redes sociales como Facebook y Telegram menudean las publicaciones que llaman a «comprar antes de que esté más caro». Aunque no faltan los oportunistas detrás de esos llamados a la alarma, lo cierto es que sus afirmaciones encuentran confirmación en la realidad.
¿Seguirá siendo así?
Para el doctor Vidal, profesor de la Universidad Javeriana de Cali, en Colombia, e investigador de políticas monetarias y crecimiento económico, sí, al menos en el futuro cercano.
«En términos nominales el CUP ha sido devaluado unas diez veces, el doble de lo que sucedió durante la crisis de los años noventa. Aunque por aquella época el cambio informal pasó de los 5 o 7 pesos que costaba un dólar en 1989 a más de 100, alrededor del 90 % de la economía —las empresas estatales y el sector presupuestado— siguió funcionando con la cotización de 1 x 1. Si se promedian las correcciones ocurridas ahora en las distintas tasas de cambio, estaríamos hablando de una devaluación igual a la que aplicó Vietnam como parte de sus reformas. Con un proceso de tal magnitud, los impactos a corto plazo son importantes y al inicio implicarán un duro ajuste».
Hace pocos días Vidal fue el invitado de nuestra revista La Cuchareta, el espacio que @DebatesConTOQUE dedica a la discusión de temas de actualidad. Durante más de una hora el economista reflexionó sobre los rumbos de la actualización económica y la probable evolución del mercado cambiario en Cuba; tema que estudia desde que se desempeñaba como experto del Banco Central. Como numerosos colegas suyos, desde entonces consideraba imprescindible ajustar la tasa de convertibilidad del CUP a la realidad.
«Cuba trabajaba con una tasa de cambio fija y pasó mucho tiempo sin que se hiciera una corrección de ese tipo. No había datos confiables en cuanto a la rentabilidad y otros indicadores fundamentales para una buena gestión económica. En parte, lo que ha estado sucediendo desde el comienzo de año era de esperar: ha sido la materialización de pérdidas que se venían acumulando y no eran evidentes», comentó al abordar los alcances del llamado «efecto traspaso». Ese fenómeno, sobre el cual en diciembre de 2020 alertó a la audiencia de elTOQUE, resulta determinante en el caso de la Isla.
“TRASPASO”: EL FENÓMENO QUE OCURRIRÁ LUEGO DEL DÍA CERO (Y DEL QUE CASI NADIE HABLA)
«Al devaluarse la moneda, las empresas tienen costos de importación más altos y lógicamente buscan cubrir gastos elevando los precios finales. La competencia controla de alguna forma el efecto inflacionario de la devaluación porque ninguna empresa puede poner el precio que le dé la gana; pero esa no es la realidad en Cuba, donde la competitividad dentro del mercado es muy baja. De hecho, se ha reducido de manera sostenida desde los años noventa».
El Período Especial pudo haberse convertido en el punto de inflexión hacia una estrategia de desarrollo sostenible. «En mis tiempos de estudiante recuerdo haber visto a Carlos Lage decir en televisión que la competencia en política probablemente no era buena pero en economía sí», acotó Vidal, antes de observar que cuanto se hizo desde entonces estuvo orientado a fortalecer los monopolios, en especial en los ámbitos más rentables de la economía.
Con apenas un par de corporaciones dominando el mercado minorista en MLC y una economía productiva forzada a cambios radicales por cuenta de la devaluación del CUP, la incertidumbre era inevitable. Aunque con retraso, Cuba sigue la ruta transitada por naciones como México, Colombia y Argentina, que entre 1994 y 2002 atravesaron sus propias crisis de convertibilidad. El problema radica en que la economía de la Isla afrontaba «el peor momento desde el Período Especial, tanto en las métricas como en lo que se está viviendo día a día en las calles».
«En mi opinión, hay un problema en cuanto a plazos. Se desaprovecharon contextos mucho más propicios para llevar adelante la reforma monetaria. Pero también pudiera pensarse que no hay una circunstancia en la que la economía necesitara más de estas decisiones. Cualquier intento de recuperación habría sido insostenible con múltiples tasas de cambio, con dos monedas y con subsidio a las empresas estatales ineficientes; esas “empresas zombi” que según Marino Murillo suman más de 400».
¿Cuánto puede durar el período de «turbulencias financieras»?
A tal pregunta nadie en su sano juicio se atrevería a dar una respuesta en términos absolutos. Según Vidal, las perspectivas mueven al optimismo en el mediano y largo plazos. «En principio, estuvo bien el intento de hacer más viable la reforma, al combinarla con aumentos de salarios y pensiones, pero también haría falta avanzar en las transformaciones estructurales, sobre todo de la agricultura y la pequeña y mediana empresas». Solo así podría aprovecharse la eventual recuperación de la economía mundial, tras el avance de las campañas de vacunación y el regreso de la actividad turística y de los servicios.
«No creo que alguien se sienta conforme con la existencia de las tiendas en moneda libremente convertible, que en definitiva son consecuencia del problema de convertibilidad del CUP. Es probable que tampoco el Estado cubano haya emprendido la reforma para obtener resultados parciales. Más bien pienso que se está tratando de ensayar fórmulas para reducir el déficit fiscal y que los efectos de esas medidas no podrán verse en lo inmediato, incluida la tasa de cambio».
En busca del referente más cercano a la realidad actual de la Isla, es necesario volver a la última década del siglo pasado, cuando los esfuerzos por ordenar las finanzas nacionales —aunque incompletos— permitieron al peso cubano recuperar cerca del 70 % de su valor respecto al dólar. «Aquel período nos dejó una lección de política económica válida para el presente», consideró Vidal; «el camino hacia la prosperidad del país pasa por restablecer efectivamente la convertibilidad de nuestra moneda. No con voluntarismos ni viejas fórmulas burocráticas, sino abriendo la puerta a todas las ideas que se propongan contribuir».
La parábola de valor del CUP frente a la moneda estadounidense dependerá de la determinación que se adopte en las semanas por venir, de la legislación sobre pequeñas y medianas empresas a las normas para la agricultura. La pelota está en la cancha del Gobierno.
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