Sulmira Martínez Pérez es una joven cubana de 21 años que desde el 11 de enero de 2023 está detenida en la Unidad de Investigación del Departamento de la Seguridad del Estado de La Habana, conocida como Villa Marista. 

Martínez Pérez está siendo investigada por la posible comisión de un delito de propaganda contra el orden constitucional. Delito que utilizaron —bajo un nombre diferente— para sancionar a cinco años de privación de libertad a Luis Robles.

El castigo al disenso: Luis Robles cumplirá cinco años en prisión

Los administradores de la ley en Cuba consideraron un acto ofensivo para el Estado exigir en el espacio público libertades, el cese de la represión política y la excarcelación de quien considera permanece en prisión de manera injusta.

El delito no es nuevo, aunque cambió de nombre y se le agravaron las sanciones tras la promulgación del nuevo Código Penal (CP) que entró en vigor el primero de diciembre de 2022.

En el CP anterior, la propaganda enemiga era sancionada con penas de uno a ocho años de prisión. Pero, tras la formulación de la legislación actual, Sulmira enfrenta la posibilidad de sufrir sanciones que van desde los cuatro a los diez años de privación de libertad. El Código Penal establece que quien incite contra el orden social o el Estado socialista utilizando los medios de comunicación digitales puede sufrir una sanción en esa medida.

A Sulmira la acusan por sus publicaciones en redes sociales. Publicaciones variadas que van desde expresiones comunes e inofensivas como que el «Gobierno cubano está más sucio que la parte de abajo de un carro» u otras que constituyen criterios y evaluaciones de la realidad cubana (escribir que el día que los cubanos tengamos el valor de levantarnos contra «ellos» seremos verdaderamente felices).

Los posts que generaron la furia del régimen cubano se publicaron, en su mayoría, desde un perfil de Facebook que tiene 3 400 seguidores y que responde al nombre de Salem Cuba. Los días antes de la detención de Sulmira, sus publicaciones mostraban el deseo de organizar y convocar a manifestaciones públicas que implicaran hacer algo más que hablar «desde detrás de una pantalla». 

Las publicaciones de Sulmira no superan el centenar de interacciones. No hay hasta hoy evidencia de que su mensaje generara alguna reacción importante en su audiencia. Aun así, lleva 50 días detenida en Villa Marista. La madre de Sulmira, Norma Pérez, conoce poco sobre los detalles de la investigación que las autoridades cubanas impulsan contra su hija. 

Para tener una idea de la gravedad de la situación que enfrenta Martínez Pérez y de la injusticia que puede cometerse contra ella, se debe precisar que Sulmira corre el riesgo de sufrir por sus publicaciones en Facebook igual sanción que quien, con toda la intención, ciegue, castre o inutilice para la procreación a otras personas o cause la pérdida o la inutilidad de un órgano o las extremidades o una discapacidad mental permanente. También, la sanción que sufriría la madre que dentro de las 72 horas posteriores al parto mate a su hijo o hija neonato con tal de ocultar su nacimiento o concepción.

El caso de Sulmira es otro ejemplo de la falta de libertades que viven los cubanos. Pero es también una demostración del nivel de descomposición de un régimen que se siente vulnerable frente las publicaciones en redes sociales de una joven negra sin alcance ni capacidad real de movilización o influencia.

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