Foto: Yandry Fernández.
Empresa estatal y ventas en MLC, ni más eficiencia ni mayor productividad
5 / enero / 2022
Con la cada vez más común venta de productos nacionales en MLC (moneda libremente convertible), las empresas estatales «obtienen divisas frescas como si estuvieran exportando, pero aprovechándose de la escasez que hay en estos momentos en la economía y de que existe un comercio dolarizado que se los permite», apunta el doctor en Ciencias Económicas Oscar Fernández Estrada, entrevistado en el episodio 84 de El Enjambre, un podcast de elTOQUE.
«Con esto se evaporan los efectos que el Ordenamiento debía tener en la productividad y eficiencia de estas empresas», pues estas adquieren saldo en MLC sin insertarse en el mercado internacional y sin tener que pagar 24 pesos por un dólar.
«Esa es la principal contradicción de este proceso: el objetivo principal de la Tarea Ordenamiento, que es transparentar la situación de las empresas y forzarlas a un salto de eficiencia que las obligue incluso a un ajuste, no se cumple en lo absoluto porque tienen la ventana de escape con el comercio en dólares. Las empresas no han podido reaccionar porque todavía no ha madurado la gestión que está en curso de una reforma para más autonomía de la gestión de las empresas estatales. Por lo tanto, estamos cosechando resultados del Ordenamiento que no son los esperados», explica Fernández Estrada.
A criterio del economista, era necesario crear condiciones previas para que la oferta pudiera responder a las presiones que le generaría la nueva devaluación. Asimismo, todas las empresas cuyas ventas se realizaran en mercados de exportación, tendrían incrementadas sus ventas y, por tanto, sus beneficios, porque la tasa de cambio las iba a favorecer.
«Antes se requería un peso para comprar un dólar y cada dólar que se ingresaba iba al registro contable como un peso también; ahora está a 24. Lo que pasa es que si se le pone esa presión a las empresas y no se crean condiciones para que ellas puedan reaccionar con autonomía real, es muy difícil que puedan producir un salto de eficiencia que les permita sobreponerse a la presión de la devaluación».
Según explica el académico, la coexistencia del comercio en dólares en las tiendas y en el ámbito interempresarial evapora las esperanzas de saltos en eficiencia que se suponía que el Ordenamiento impusiera en estas empresas con alto componente de insumos importados. Aunque ahora necesiten 24 pesos para poder importar algo por valor de un dólar, al permitir —como está ocurriendo— que dichas empresas vendan directamente en MLC, se crean condiciones de exportación artificiales, como si estuvieran exportando, cuando en realidad no han tenido un salto en productividad ni en eficiencia; no han conquistado mercados de exportación.
¿Cómo salir del laberinto de la inflación?
Para disminuir la inflación y desarrollar la economía, el Estado cubano debe generar a corto plazo estrategias de intervención y regulación de los mercados cambiarios con instrumentos económicos, comenta también en este episodio de El Enjambre Oscar Fernández Estrada. Lo más importante es definir cuáles son los indicadores que van a medir la evolución de nuestra economía hacia los objetivos que tiene, explica el doctor en Ciencias Económicas.
Los niveles de inflación que están golpeando al país se encuentran asociados a las fluctuaciones del mercado cambiario informal, ya que los precios manejados por el Estado no están creciendo dinámicamente. Hay una ruptura en los patrones de referencia de las funciones del dinero y, por tanto, se produce un caos monetario por la pérdida del referente. «Por ejemplo, la gasolina no ha aumentado, se quedó intacta; sin embargo, los transportistas privados suben sus precios porque el costo de su vida aumentó, ya que todo lo que está ofreciéndose en mercados de libre formación de precios está siguiendo patrones caóticos».
En palabras del economista cubano, el Estado tiene que encontrar la manera de gestionar el mercado cambiario informal de divisas tal como se hizo en los 90, cuando se llegó a tener una tasa de cambio de 150 pesos por dólar. En las condiciones de aquella crisis, el Estado diseñó políticas económicas para intervenir el mercado cambiario informal y regularlo con instrumentos de mercado. En un período relativamente corto, logró rebajarse la tasa de cambio hasta llevarla a los niveles de 20 x 1. «Si el dólar del mercado informal se mantiene como referente, los precios informales no van a bajar nunca y el salario jamás va a alcanzar».
Haber impulsado el sector privado y desatado otras formas productivas con anterioridad a la Tarea Ordenamiento era un factor clave para reducir el índice de inflación que enfrenta hoy la población cubana. De esta forma, los actores económicos de diverso signo hubieran estado en mejores condiciones para responder a las presiones de ese proceso, considera el experto, quien elogia la reciente apertura al ejercicio de más actividades en el sector no estatal.
A juicio del economista, la creación de más empresas privadas con personalidad jurídica y cooperativas no agropecuarias con mucha más libertad que antes, es un proceso que va a tener un impacto muy positivo en la oferta en un tiempo relativamente breve. «Es de esperar que en un plazo de uno a tres años toda esta flexibilización que hay ahora para el sector privado redunde en una mayor oferta, mucho más variada, y en un encadenamiento más profundo incluso con el propio sector estatal».
Una de las declaraciones del ministro de Economía Alejandro Gil que ha generado más polémica es que la Tarea Ordenamiento no es la causante de la inflación. Para Fernández Estrada, la inflación que está viviendo Cuba iba a ocurrir con independencia de cualquier medida que tomara o no el Gobierno, debido al quiebre de la economía mundial producido por la pandemia, cuya duración ha superado las previsiones del inicio.
«Hay una interrupción de flujos de comercio y un encarecimiento grandísimo en el transporte marítimo que es clave para la recepción de mercancías en un país como Cuba. Este fenómeno que está teniendo lugar en la economía mundial iba a traer en cualquier circunstancia un proceso inflacionario en Cuba, como lo ha traído en otros lugares. Luego, nosotros tenemos restricciones asociadas a las políticas del Gobierno norteamericano que hacen mucho más complicada la gestión».
No obstante, independientemente de esta situación internacional que iba a traer consigo cierto nivel de inflación y escasez con la desaparición de los ingresos del turismo, el experto señala que la Tarea Ordenamiento ha producido un reseteo en la economía; intervienen las variables monetarias en un momento muy delicado, lo cual exacerba y empeora la situación.
Camilo Condis: «En mayo de 2021 el ministro de Economía, Alejandro Gil, dijo que las pequeñas y medianas empresas están sobrevaloradas y que no serán la solución mágica para la economía del Estado socialista cubano. ¿Cuál cree que debe ser el rol de la pequeña y mediana empresa en la economía cubana?».
Doctor Oscar Fernández: «Es una realidad que las pequeñas y medianas empresas no son la solución mágica. No pueden resolver los problemas sustantivos que tiene la economía cubana ni pueden acometer producciones trascendentales, justamente porque son pequeñas y medianas, pero sí pueden cubrir los vacíos del ecosistema económico.
«Se piensa que una economía se resuelve con grandes empresas en grandes sectores, que vamos a tener turismo, níquel y que desarrollando tres o cuatro sectores ya tenemos economía. Eso es incorrecto, porque el país no se dirige como una empresa. Tiene que haber ecosistemas; es como un bosque donde para que los grandes árboles se mantengan robustos y se desarrollen, debe haber millones de organismos de diferente tamaño que cumplan varias funciones. Es exactamente lo mismo, esas pequeñas y medianas empresas van a oxigenar el sistema.
«Más allá de la generación de empleo y la cobertura de muchos vacíos de ofertas que hoy no existen, va a producir encadenamientos con el sector estatal. Las empresas estatales van a poder resolver muchísimas cosas que hoy no encuentran solución con otras empresas estatales, por la naturaleza flexible de la producción de las pequeñas y medianas empresas. Lo segundo que se puede aprovechar mucho más, es que a través del sector privado se pueden abrir agujeros al bloqueo y hacerse producciones conjuntas con las empresas estatales que tengan la potencialidad de romper alguna de esas ataduras que ponen las sanciones de los Estados Unidos hacia Cuba».
Cuando el salario alcanza menos
Fernández Estrada ha expresado que la Tarea Ordenamiento fracasó de punta a punta, criterio que comparten la mayoría de sus colegas, entre ellos Pedro Monreal, quien escribió en Twitter: «El ordenamiento proclamó que quienes recibían un salario estatal mejorarían su situación. Medido por ese objetivo, el ordenamiento es una política económica fracasada».
Oscar Fernández agrega que la Tarea Ordenamiento es heredera de la unificación monetaria, la cual debió haberse hecho unos años antes y era absolutamente imprescindible. Casi todos los economistas clamaban por que se llevara a cabo y, aunque en 2014 estuvo bastante cerca con un plan y un cronograma concebido para su ejecución, fue postergada por razones que se desconocen para luego ser implementada en un momento totalmente inapropiado.
La política fracasó en sus objetivos: un año después se asiste a un contexto en el que hay multiplicidad de monedas; además del peso cubano, circulan en la economía las tiendas en MLC (una especie de dólar virtual), el dólar en efectivo y otras divisas extranjeras, como el euro. El objetivo más básico, que era eliminar la dualidad de tasas de cambio, no se logró. Existe una tasa de cambio para el dólar digital en el mercado informal que ronda los 80 pesos al cambio por MLC y un poco menos en el caso del dólar en efectivo.
Por otro lado, la tasa de cambio oficial es 24 x 1, pero al no existir un mercado cambiario en el que la tasa bancaria se pueda vender a ese cambio, se produce la misma situación de hace dos años atrás. Junto a la tasa oficial de 24 x 1 coexiste otra tasa de cambio que dirige los mercados informales. El saldo final ha sido una devaluación considerable del peso cubano.
El Gobierno incrementó los salarios con la promesa de que los precios no aumentarían tanto y, en consecuencia, se elevaría el poder adquisitivo de los salarios. Sin embargo, no existe un control sobre esa situación. Se ha producido una crisis de oferta a la vista; el incremento de los precios que ha traído la devaluación en los costos incluso de los insumos productivos, se traslada al precio del producto final. «Eso es muy difícil de contener; la inflación es esperada por la debilidad de las condiciones de oferta para reaccionar a las nuevas presiones que impone el ordenamiento».
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