LA HABANA. Las declaraciones recientes de las autoridades cubanas no dejan dudas sobre la creciente preocupación por el empeoramiento de la situación económica del país. El denominador común atribuye este proceso a factores esencialmente externos y, principalmente, a las sanciones de Estados Unidos. La historia en el terreno es un poco más compleja.
Desde 2007, hace casi 12 años, el gobierno cubano emprendió una nueva etapa de transformaciones en el modelo económico cubano. En 2008 se iniciaron cambios prometedores en la agricultura. En septiembre de 2010, se flexibilizó el ejercicio del trabajo privado. En 2011, se adoptó un documento central para orientar los cambios, los Lineamientos.
No menos importantes fueron un conjunto de medidas que ampliaron los derechos individuales de los ciudadanos cubanos, como la posibilidad de comprar líneas móviles, la venta de computadoras y otros equipos de reproducción de audio y sonido, la libre compra-venta de viviendas y autos, la eliminación del permiso de salida, y la posibilidad de hospedarse en instalaciones turísticas, previamente reservadas para los visitantes internacionales. Este repaso es pertinente, porque puede dar cuenta del mayoritario apoyo que tuvo este proceso, aun cuando no estuvo exento de problemas y no todos pudieron sacar igual provecho del mismo.
Entre 2009 y 2017, el sector no estatal pasó de 800 mil a 1,4 millones de trabajadores — solo un 11,5 por ciento inferior al total de empleados en las empresas estatales—, a pesar de todas las restricciones que operan en contra de este sector. La historia del cuentapropismo es aún más extraordinaria. El número de cuentapropistas creció en cuatro veces (desde 147 mil a 595 mil). Los ingresos al presupuesto de este sector eran el 4 por ciento del total en 2010, en 2019 se prevé llegarán hasta el 13 por ciento, como mínimo.
Esto permitió, por ejemplo, que el empleo en el sector público disminuyera en más de una cuarta parte entre 2010 y 2018, lo que equivale a poco más de 1 100 mil puestos de trabajo. En medio de un crecimiento económico muy modesto, esto debe haber sido un factor clave en el aumento del salario medio en el período, que fue del 78 por ciento. Sin embargo, una tendencia preocupante es la informalidad. En ese mismo lapso, la proporción de personas en edad laboral con un empleo formal pasó de 73 a 64 por ciento, una trayectoria insostenible para el presupuesto y la viabilidad de las políticas sociales, además de exacerbar la desigualdad.
Los principales agregados macroeconómicos tampoco mostraron una evolución favorable. El PIB real (a precios de 1997) creció un 2,2 por ciento anual. Aunque experimentaron un incremento hasta 2013, tanto las exportaciones como las importaciones se ubican hacia 2018 en los niveles de 2010. No obstante, la situación ahora es más precaria.
Primeramente, la restructuración de la deuda externa supone nuevos compromisos de pago que no existían en aquel momento. En segundo lugar, los visitantes internacionales pasaron de 2,5 a 4,7 millones en 2018, lo que implica una demanda adicional notable. El volumen de inversiones aumentó desde 4200 a 9300 millones de pesos en 2018, con un significativo componente de equipos e insumos importados. Si bien el acceso a créditos externos ha mejorado en alguna medida, las remesas han crecido y la inversión extranjera se ha dinamizado tímidamente, estas fuentes han sido insuficientes para evitar un descalce en moneda extranjera para las obligaciones de la nación. La creciente demanda de artículos importados que no se ofertan en los mercados del país junto a la pérdida de convertibilidad del CUC vienen creando un circuito paralelo de circulación de dólares.
Algunos acontecimientos externos han agravado esta situación. El primer factor es el pronunciado declive económico venezolano. Según datos de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), la economía venezolana se ha contraído más de un 50 por ciento desde 2014. La producción de petróleo pasó de 2,7 millones de barriles diarios en ese año a un promedio de solo 966 mil en el primer trimestre de 2019, una contracción del 65 por ciento, según la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEC).
En esas condiciones, es esperable una caída en similar proporción de los envíos a Cuba, que se estimaron en algún momento entre 90 y 100 mil barriles al día. Desde agosto de 2017 dejó de existir la empresa mixta que operaba la refinería de petróleo de Cienfuegos, cuya comercialización de refinos representó una fuente significativa de ingresos externos. La elección de Jair Bolsonaro en Brasil, conllevó a la decisión cubana de terminar su participación en el programa Mais Médicos, que representaba una entrada de entre 250 y 300 millones de dólares.
A partir de septiembre de 2017, una serie de acontecimientos ha golpeado a la industria turística, el único gran sector exportador que había mostrado una trayectoria favorable en el período analizado, particularmente después de 2014. El huracán Irma, las alertas de viaje emitidas por el departamento de Estado y las nuevas regulaciones para los viajes de estadounidenses a Cuba, publicadas en noviembre de ese año, desencadenaron la tormenta perfecta que ha congelado los incrementos de visitantes, mientras los ingresos se redujeron en 2018. La activación del Título III de la Ley Helms-Burton y las recientes restricciones adicionales para viajes y remesas, aumentarán los costos de financiación, y menguarán un poco más los ya insuficientes ingresos en divisas.
Los resultados son conocidos. Una abultada lista de impagos a proveedores e inversores extranjeros que socava la posibilidad de mantener los suministros adecuados y la estrategia de atracción de capital foráneo. Estos se estiman por varias fuentes en cifras cercanas a 1500 millones de dólares. Las escaseces de productos de diverso tipo no son nuevas en el contexto cubano, pero se han agravado apreciablemente en el último cuatrimestre. No se debe esperar una mejoría a corto plazo.
A pesar de todo esto, Cuba podía haber llegado en mejor situación a este contexto. La apertura al sector privado y cooperativo fue incompleta y contradictoria, e incluso se intentó una reversión parcial. Peor aún, se hizo en el marco de una reforma lenta que no transformó los aspectos más retardatarios del modelo cubano, como el modelo de planificación.
Los cambios en la empresa estatal fueron esquemáticos, reproduciendo fórmulas del pasado, y creando nuevas estructuras que continúan drenando los escasos recursos del sector público. Los llamados a incrementar las exportaciones han sido precisamente eso, llamados. La inversión extranjera quizá ha sido la apuesta más consistente, pero enmarañada en el burocratismo y el desconocimiento de los estándares más elementales del mundo de los negocios contemporáneo. Las políticas sociales no se transformaron lo suficiente para atender los nuevos desafíos de una sociedad más desigual.
Para todo lo anterior, siempre han aparecido mil excusas: que si estamos en los inicios, sin prisa pero sin pausa, todavía es pronto para hacer una evaluación completa, vamos a usar experimentos, ahora no están creadas las condiciones, tenemos que retroceder porque los resultados no son los esperados, nos equivocamos y hay que rectificar… y un largo etcétera. Resulta doloroso decirlo, pero en vastos sectores del sector público cubano existe una ignorancia desconcertante de los principios básicos que rigen el funcionamiento de una economía.
El gobierno cubano tiene ante sí un desafío formidable. La maraña que atenaza cualquier esfuerzo de cambio es resultado de los intereses creados a lo largo de tantos años. De tratar de sustituir las relaciones monetario-mercantiles por órdenes administrativas, siempre voluntaristas, de espaldas a la realidad. De una mentalidad arcaica que asume que Cuba tiene que ser compensada por atreverse a plantar cara a Estados Unidos, que busca acuerdos ventajosos una y otra vez para esquivar los problemas del modelo en casa, cuyas soluciones se posponen indefinidamente. Que propone una interpretación del mundo desconectada peligrosamente de la realidad, con muy poca sofisticación para sobreponerse a la compleja geopolítica de esta Isla caribeña. Todavía se aspira a regresar a la burbuja social y económica en que vivía Cuba en la década del ochenta.
Las crecientes dificultades económicas afectarán desproporcionadamente a los más vulnerables. Sea esta una oportunidad única para que las autoridades encuentren el impulso definitivo que permita deshacer los nudos que atan el desarrollo de este país. Pero ahora será mucho más difícil. La Cuba que se asoma a este abismo es muy diferente a la de los años noventa. Los ciudadanos no llegan en las mismas condiciones. Su gobierno no tiene la legitimidad del liderazgo anterior. El sector público enfrenta dificultades crecientes para retener a sus mejores talentos, ahora que son más necesarios que nunca.
¿Qué se puede hacer?
Continuará…
Este texto fue publicado originalmente en Progreso Semanal
comentarios
En este sitio moderamos los comentarios. Si quiere conocer más detalles, lea nuestra Política de Privacidad.
Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *
Guillermo
Yasmanis Cesar Cabrera Silva
David(PRC)
David(PRC(
David(PRC)
Yasmanis Cesar Cabrera Silva
asfixia de los estadounidenses está dedicada a que la revolución cubana fracase y surja un cambio de Estado. Pero los que sufren como tú digiste no son los dirigentes sino la población y eso el maldito gobierno estadounidense lo sabe y le importa un comino por eso trata de imponerse a través de estos medios al costo de violar los principios, derechos, leyes internacionales y los DDHH. Después de todo ese gobierno no sabe más que llevar desgracia donde pone el ojo, pero ya el mundo está despertando, cada ves lo más que hace es dar ultimátum y dentro poco el mismo mundo del que se cree dueño lo desaparecerá de la faz de la tierra así como en su momento le hicieron a los Alemanes Nazis.
Armando Mora
Virgedy
Llego a la misma conclusión: El Comunismo, no sirve y el Socialismo, es una mierda. Este sistema, q realmente es un mutante mal diseñado,es una porquería y mientras permitamos q exista,todo,pero todo, va ir a peor,sino miren a Venezuela y otros q han experimentado con esta mutación.
Ore.cu
Willians
David(PRC)
David(PRC)
Yasmanis Cesar Cabrera Silva
DAVID(PRC) es verdad soy más joven tengo apenas 24 años, y capas algo de inocencia aún porque no e vivido tanto como tú para obtener más esperiencia, pero yo no soy ciego y solo veo como el gobierno de EEUU quiere apoderarse del país a través de cualquier medio aunque eso conlleve a que nos afecte a nosotros( lo más cómico es que dicen q es por el bien del pueblo cubano), es verdad que hay bloqueo interno, pero que nos pongan uno externo también no nos mejora en nada. Es más que lo que la hace mucho daño a nuestro heroico pueblo , como lo hace al de Venezuela, es la guerra económica, las llamadas sanciones. Ese es su objetivo: castigar sin piedad al pueblo para forzarlo a rebelarse contra el gobierno. Lo confirma esta reciente declaración, sobre los casos de Venezuela, Cuba e Irán, de Idriss Jazairy, relator especial de la ONU sobre el impacto de las sanciones unilaterales en los derechos humanos: las diferencias políticas entre gobiernos nunca deben resolverse induciendo desastres económicos o humanitarios a la población? recurrir a esas medidas económicas, con propósitos políticos, viola los derechos humanos y la normativa internacional ya que pueden precipitar catástrofes humanitarias de grandes proporciones. Es la hora de la más amplia y generosa solidaridad con los pueblos sometidos al castigo económico de Washington.
Henrick
S.A.G.E.N
Armando Mora
Ore.cu
Pachi
CUBACHE
En primer lugar para poder salir adelante nuestro país tiene que dejar de hecharle la culpa a los estados unidos de todas las cosas malas que nos han pasado valla parecemos bebés quejándonos con nuestras mamás es verdad que han sido años de duro bloque pero nosotros lo cubanos siempre hemos sabido salir adelante en todos los aspecto si miran la historia somos un pueblo de guerreros que nos hemos pasado generaciones de lucha constante todo por un propósito la libertad que hoy en día no tenemos ,la desigualdad que aunque muchos no la ven aun existe y persiste .
podría mencionar miles y millones de problemas .
Pero si una cosa es cierta hemos cometido muchos errores de los cuales nuestro gobierno aun no ha aprendido nada aun me refiero al gobierno por que el pueblo al final es el que paga las malas sediciones del estado el cual nunca reconoce que se equivoca .
A mi criterio personal yo creo que esto puede mejorar una siendo un país socialista solo debemos mejorar si reconocemos nuestro errores y luchamos por no cometerlos mas
continuará
Pedro
IGNORANTE
Milo
CUBCHE
Ore.cu
Trump
Ore.cu
Psiquis
CPV
David(PRC)