“Nuestras antenas y trasmisores son las manos de los feligreses. Nuestra señal viaja en tren, en camiones, en coches de caballo, en guaguas, a merced de todo aquel que quiera extenderla por los hogares de la comunidad católico-cristiana en Cuba”.
Desde un estudio de Dj, instalado en la torre de la parroquia Nuestra Señora del Carmen, en Meneses, municipio Yaguajay, esta sui géneris propuesta radial produce sus contenidos; pero a diferencia de la forma tradicional, se vale de medios físicos, o sea, utilizando el transporte público o privado, y no ondas magnetofónicas para transmitirlo.
El joven Alien Arcia Sánhez, su director, explica que la Iglesia Católica en Cuba “no cuenta con una frecuencia determinada que usted pueda encontrar por el dial de la la radio”, así que desde hace 15 años este realizador autodidacta difunde sus mensajes a través de discos compactos de audio, dispositivos USB y otros soportes digitales. De “mano en mano” se distribuyen por las comunidades más recónditas de la Diócesis de Santa Clara.
Afirma Alien, que por el año 2002 él y un grupo de jóvenes engranaron las primeras piezas de esta tira radial que bautizó como “Una voz para la familia”. “Teníamos deseos de enunciar el Evangelio, de hablar sobre la gente del pueblo. Las instituciones religiosas en el país no poseen un medio de comunicación, por lo que decidimos comenzar a grabar programas de radio en cintas de audio”.
Sin capacitación profesional y teniendo por estudio la sacristía de la parroquial menesiana se inició este proyecto de radio artesanal: “Era un lugar húmedo y oscuro, por lo que perdíamos muchas veces las cintas y teníamos que comenzar de nuevo, usando solo dos grabadoras en muy mal estado”.
“Poco a poco conseguí el apoyo de jóvenes con estudios de la Escuela de Instructores de Arte, intelectuales del pueblo, profesionales de los medios de comunicación, estudiantes de la carrera de periodismo y otras especialidades afines. Algunos yo le solicité apoyo, otros se acercaron por propia voluntad.” Así se conformó una tira de programación con frecuencia quincenal, de una hora 20 minutos de duración.
Programas de orientación, musicales, infantiles y algunos informativos sobre el acontecer de la comunidad cristiana fueron replicándose por los hogares de Meneses. En su propia voz, Alien presenta los sucesos de la diócesis para esa mitad del mes, entrevista a personas que dignifican el pueblo de uno u otro modo, hace un recorrido por las historias de vida de los santos y facilita el intercambio entre clérigos, beatos y fieles, además de brindar promoción de otros servicios de la diócesis.
Asuntos que preocupan a Cuba como el embarazo en la adolescencia, la ancianidad, el aborto en edades tempranas, los derechos de la mujer, y la planificación familiar, ocupan una porción importante de los 80 minutos.
“Hago radio católica para el mundo, pero también para mis vecinos, mis amigos, la gente que, como yo, viene cada domingo a misa, tras el primer campanazo en esta torre.”
Bajo el campanario de la iglesia reside actualmente el estudio de grabaciones, el rinconcito de Alien. Allí, en un acogedor y reducido perímetro, tiene una ventanita pequeña, útiles de oficina y libros, muchos… algunos con la palabra de Dios, otros con la de hombres como Cortázar y José Martí. Los cartones de huevo con que fue tapizado en un principio para facilitar la acústica ya han sido sustituidos, también las máquinas y los micrófonos. Crecen tecnológicamente y según relata el joven aficionado, a lo largo de estos tres quinquenios, los programas que él mismo dirige y realiza, han variado en beneficio de la multiplicidad y la calidad artística.
Entre las voces y las manos que se han suman el joven Yenkis Moya, ha sido de gran ayuda para este proyecto. Él creó un espacio en el sitio SoundCloud “para compartir y difundir los programas producidos por “Una voz para la familia”.
Y la apertura a nuevas plataformas también significa el rediseño constante de esta propuesta alternativa de comunicación. “Tenemos una página en Facebook y también reformulamos nuestro logotipo y nos preocupamos por incluir contenidos universales para la fe católica”. Pero lo invariable para este hombre radio es la misión de un canal educativo, “queremos entretenga e informe a las personas, pero que también participe de la formación de valores en los pequeños de casa, así como de la unidad familiar”, dice Alien.
Quince años después este es un proyecto consolidado, el amparo de la iglesia los protege; pero Alien quien también trabaja como instructor de Literatura de la Casa comunitaria de Cultura en Meneces, afirma que “un comunicador católico en nuestro país se enfrenta a las mismas dificultades de conexión a la red de redes, la costosa telefonía celular, entre otras que dificultan tanto la gestión como la difusión de contenidos. A veces no tengo los CD, y la técnica que utilizo podría ser mejor, pero… ¡Ya se puede decir que esto es un estudio! ¡La primera radio católica de Cuba!”
Lo importante es el público. “Actualmente se distribuye en CD por las comunidades de Mayajigua, Iguará, Venegas e Itabo, ancladas en este municipio. También llegamos hasta las capitales provinciales Sancti Spíritus, Santa Clara, y en esta última los municipios de Caibarién y Cumanayagua”.
Alien Arcia suspira y se pierde en la contemplación del pueblo a través de la ventanita alta de la torre de la iglesia de Meneses. Como todo creyente tiene un deseo que ya resulta como una constante agazapada entre sus plegarias al Señor: “mi sueño es que Cuba en día tenga una radio religiosa”.
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