Foto: Boris Luis Cabrera.
Un error detrás de otro: la pelota cubana «avanza» y eso nos duele (+Narración)
30 / julio / 2023
La instancia semifinal de la 62 Serie Nacional de Béisbol continuó su desarrollo esta semana en los estadios de La Habana y Matanzas. Aunque pensé que a estas alturas habría al menos un clasificado a la final, todavía Industriales y Las Tunas tienen el cotejo a su favor, con tres victorias, pero no han dado el jaque mate.
Advierto que escribo esta columna el viernes 28 de julio de 2023 y esta tarde los Azules de la capital bien pudieran liquidar a las Avispas de Santiago de Cuba como avizoré con antelación; y el sábado 29, los Leñadores de Las Tunas a los Cocodrilos en su estadio «Julio Antonio Mella». Los pronósticos no me han ido tan mal y están a punto de cumplirse. O no, porque al final son solo eso, pronósticos.
Como de Nostradamus tengo bien poco, y quizá a estas alturas dominicales se conocen los finalistas de la 62 Serie, mejor comentamos sobre las deficiencias de la postemporada, de los errores dentro del terreno de juego y de los que se cometen afuera, como esos apagones en el «Victoria» matancero.
Empecemos por lo bueno, porque la postemporada beisbolera ha dejado las mejores concurrencias de la campaña este año. Las cifras oficiales de la página Béisbol Cubano hablan de cerca de 40 000 personas reunidas. Pero la primera presentación de Industriales en el Latino se pasó de los 43 000 asistentes.
En la subserie entre Las Tunas y Matanzas la concurrencia ha sido muy buena también, aunque no llegan a las cifras que se consiguieron en la capital cubana, según la oficialidad. En el «Victoria de Girón», de promedio por partido, se sumó más de 4 000 personas. Al ser el segundo choque, con casi 10 000 personas, el de mejor concurrencia. Nada, los play-off son otra cosa.
Y eso que incluso cortes de electricidad han tenido que tolerar los aficionados cubanos en medio del evento deportivo más importante de la isla. En dos ocasiones se «apagó la lucecita» en el «Victoria» yumurino el 26 de julio. Desde el Gobierno provincial alegaron que se trataba de algo «inusitado».
La 62 Serie Nacional ha tenido de todo: mala alimentación de los atletas, problemas de transporte, pelotas podridas, falta de bates y apagones. Lo dicho, la pelota cubana «avanza» y eso nos duele. Pero si lo extradeportivo ha sido caótico, dentro del terreno los errores también encienden una alerta roja.
En nueve juegos semifinales celebrados (hasta el 27 de julio) se habían cometido un total de 26 errores que costaron 17 anotaciones en contra, según las estadísticas oficiales. Los más llamativos, los cinco errores en el primer partido de Industriales-Santiago de Cuba (que le dieron a los capitalinos cinco carreras sucias, pero que cuentan en el score final).
También en el tercer choque entre Matanzas y Las Tunas se cometieron cuatro errores, dos de ellos en la novena entrada que permitieron a los Cocodrilos empatar el partido ante los Leñadores. Pudo haber sido la tercera victoria para los orientales, pero les cayó un balde de agua fría a la hora de recoger los bates.
Los más tradicionalistas del béisbol dirán que el error está en el juego o que los terrenos de los estadios cubanos cada día están peor, pero lo de la postemporada habla a las claras de los lunares del deporte en la isla.
No ha habido un partido de la semifinal de la 62 Serie en el que no se hayan cometido errores en la defensa. De esas 26 pifias contabilizadas hasta el 27 de julio, 19 eran de la autoría de los peloteros de Santiago y Matanzas, justo los elencos que están en desventaja en la eliminatoria, y no es casualidad.
Se ha jugado de día y de noche. Se ha preguntado mucho por la iluminación artificial en los estadios y si afecta a peloteros acostumbrados a jugar bajo el sol. El exmentor de los equipos Cuba y actual timonel de los Cocodrilos, Armando Ferrer, fue categórico respecto a los errores de sus rivales: «El estadio está bien alumbrado, le falló la defensa como a cualquier equipo le puede fallar y les costó carreras».
A la ofensiva, apuntar hacia la baja en cinco partidos de la alineación del equipo «Cuba» de Matanzas, que no ha podido batearle al picheo tunero. Además, uno de sus abridores y lanzador también del equipo nacional, Naykel Cruz, ha salido mal en dos ocasiones.
Los bateadores de Matanzas han dejado 42 corredores en base en cinco choques de la semifinal, con solo nueve carreras empujadas. Del primero al cuarto bate de los Cocodrilos llevan tres carreras impulsadas y siete anotadas en cinco partidos. En tres juegos se fueron en blanco y no produjeron. Fiel reflejo de lo que pasa en partidos internacionales con el team Cuba.
Con esos truenos, solo queda esperar por el «play ball» de la final de la 62 Serie Nacional, con perspectivas nada halagüeñas para la venidera campaña; pero del «lobo un pelo» y al pueblo al menos «circo» porque ni pan tenemos.
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