Luego de tres meses de incomunicación, el régimen cubano permitió que el opositor y preso político José Daniel Ferrer García recibiera a su familia en la prisión Mar Verde, en Santiago de Cuba.
El 22 de junio de 2023 su esposa Nelva Ismarays Ortega Tamayo y dos de sus hijos menores pudieron verlo, tras semanas exigiendo fe de vida.
«Lo vieron en ropa interior, con dificultad para caminar, fuertes dolores en sus manos, brazos y piernas; extremadamente delgado, con dolores de muela y pérdida de la visión. El cuerpo de José está lleno de lesiones, a tal extremo que no quería abrazar al niño para no contagiarlo con la bacteria que presenta en la piel hace meses», explicó su hermana Ana Belkis Ferrer en redes sociales.
Los familiares desconocen la causa de los dolores que padece y que le impidieron caminar durante abril y mayo.
Ferrer contó a su familia que fue trasladado desde la prisión al Hospital Clínico Quirúrgico en Santiago de Cuba para extraerle algunas muelas dañadas. Según Ana Belkis, le sacaron una muela sana y no tocaron las cariadas.
«Un agente del G2 (Policía política) fue después a su celda para burlarse y amenazarlo diciendo que “todo lo que él estaba pasando era evitable, que solo tenía que aceptar salir del país”», narró.
El 6 de marzo había sido su última llamada telefónica y el 14 de ese mes la última visita conyugal.
Reclamo internacional
En marzo de 2023 se hizo público el Informe de Derechos Humanos de 2022 del Departamento de Estado de Estados Unidos (EE. UU.). El documento develó que el tratamiento a Ferrer en la cárcel pone en riesgo su vida.
La Embajada de EE. UU. en Cuba se ha pronunciado varias veces por la excarcelación del líder opositor. Como parte de la campaña «Presos por qué», la legación estadounidense en la isla mostró preocupación por el régimen de incomunicación al que sometían al activista. «Su disidencia pacífica no merece su cruel encarcelamiento ni la falta de comunicación con su familia. Nosotros nos unimos a la comunidad internacional pidiendo su liberación inmediata», expresó un tuit de la Embajada.
Por otro lado, el 7 de junio de 2023 Amnistía Internacional pidió acciones urgentes a favor del prisionero político, por su estado de incomunicación y sus problemas de salud.
«José Daniel Ferrer García, líder del grupo de oposición política no oficial Unión Patriótica de Cuba, fue detenido el 11 de julio de 2021 en el contexto de los actos de protesta que se expandieron por toda la isla y, desde el 14 de agosto de 2021, permanece recluido en una celda de castigo según sus familiares. Desde el 17 de marzo de 2023 permanece en régimen de incomunicación y antes de esta fecha se encontraba en mal estado de salud. Es preso de conciencia, por lo que debe ser puesto en libertad de inmediato y sin condiciones», exigía la ONG en el documento, dirigido al presidente cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez.
Varias son las denuncias sobre el estado de salud de Ferrer, quien dentro de la prisión padece de zumbidos en los oídos, trastornos en la piel, dolor en una muela, pérdida progresiva de la visión, calambres y parálisis momentánea en las manos.
La familia ha denunciado a la ONG que el opositor no ha recibido asistencia médica ni medicamentos adecuados en la cárcel.
El 28 de noviembre de 2019 el Parlamento Europeo aprobó por mayoría una resolución de condena en respuesta a las denuncias de tortura infligida a Ferrer en las cárceles cubanas.
Detención y confinamiento
Ferrer iba a sumarse al estallido social del 11 de julio de 2021 cuando lo detuvieron. Fue acusado de «alteración del orden público». En 2020, en un juicio plagado de irregularidades, fue condenado a cuatro años de arresto domiciliario. El Tribunal Provincial de Santiago revocó la condena en agosto de 2021, al ordenar que cumpliera esa pena en la cárcel.
Su familia presentó un recurso de habeas corpus que fue desestimado por el propio Tribunal el 4 de junio de 2022. Un mes después, el Comité de las Naciones Unidas contra las Desapariciones Forzadas transmitió a la organización Prisoners Defenders que había escrito a Cuba para instar al Estado a facilitar información detallada al Comité sobre la comunicación de Ferrer con el mundo exterior.
A su vez, Amnistía Internacional lanzó otra acción urgente en octubre de 2022 para alertar sobre los riesgos de su estado de confinamiento solitario prolongado. Luego de las presiones, el régimen permitió una visita el 8 de noviembre de 2022.
En junio de 2023 las autoridades del Penal impidieron que viera a su hijo Daniel José, quien cumplía cuatro años.
Su esposa Nelva Ismarays Ortega Tamayo denunció esta nueva violación: «Hoy nuevamente, como los dos meses anteriores, nos han dado la negativa de que no vamos a poderlo ver, que no se va a dar la visita sin importarle ni siquiera el hecho de que hoy nuestro bebé, Daniel José, está cumpliendo cuatro años y que tenía muchísimas ansias, como cualquier niño, de ver a su padre, pero más el día de su cumpleaños. Ni siquiera le permitieron verle por cinco minutos».
A la esposa de Ferrer solo le entregaron una nota escrita supuestamente por el preso político en la que solicitaba analgésicos y antibióticos de amplio espectro. Ortega Tamayo declaró que la nota significaba una esperanza de vida para sus familiares y seres queridos, pero no era la prueba de fe de vida que exigían y pidió el derecho a una llamada telefónica para escucharlo.
Un opositor de larga data
José Daniel Ferrer García fue uno de los detenidos de la llamada Primavera Negra en Cuba en 2003, cuando el Gobierno cubano encarceló a 75 opositores, algunos condenados con penas de hasta 28 años.
La Fiscalía pidió pena de muerte para Ferrer, pero finalmente lo condenaron a 25 años de privación de libertad. El activista político había sido un importante miembro en Santiago de Cuba del Comité Ciudadano Gestor del Proyecto Varela (creado por Oswaldo Payá) y su líder en Oriente.
En marzo de 2011 fue excarcelado luego de la negociación de Raúl Castro con el Gobierno español y la Iglesia Católica para liberar a todos los prisioneros políticos del grupo de los 75 que aún permanecían en prisión y para enviarlos a España junto a sus familiares.
El opositor no aceptó el exilio hacia España y prefirió permanecer en Cuba, donde ha continuado su ejercicio político en contra del régimen y se ha convertido en una de las figuras más representativas y mediáticas de la oposición en el oriente del país.
El 24 de agosto de 2011 fundó el grupo opositor Unión Patriótica de Cuba (Unpacu), que define su activismo en base a «la resistencia y desobediencia no violenta» y tiene representación oficial en Estados Unidos y en la Unión Europea.
La Unpacu, que contó con más de 3 000 activistas en activo en 122 células con 25 sedes en el país, ha sido considerada la organización cubana opositora de mayor poder de convocatoria y membresía.
En septiembre de 2019, Ferrer convocó junto a la plataforma Cuba Decide, liderada desde Estados Unidos por la hija de Oswaldo Payá Rosa María Payá, a una manifestación en Cuba contra la represión a la sociedad civil y por la implementación del Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación entre Cuba y la Unión Europea. Sin embargo, la marcha no llegó a producirse y lo detuvieron junto a otros activistas.
En octubre del propio año fue detenido de nuevo, acusado de agresión al ciudadano Sergio García González, quien lo denunció alegando que Ferrer y otros activistas lo agredieron a raíz de una visita a la sede de la Unpacu el 21 de septiembre de 2019. La organización sostuvo que las heridas de González García fueron por un accidente en su motocicleta.
El activista político ha sido detenido en múltiples ocasiones, ha protagonizado varias huelgas de hambre y ha sido instado por las autoridades cubanas a marcharse del país bajo amenazas. Sin embargo, ha afirmado que no saldrá de Cuba. El 7 de febrero de 2023 reiteró su postura en otro mensaje enviado a la Administración de Joe Biden: «Prefiero morir en una tenebrosa prisión comunista, que deber mi libertad a cualquier negociación indigna que beneficie al opresor de mi pueblo».
Ha recibido el Premio Libertad Truman-Reagan por la Fundación Victims of Communism Memorial 2020; el XIII Premio Internacional de Derechos Humanos de la Fundación Hispano-Cubana, con sede en Madrid; el Premio Democracia de la National Endowment for Democracy (NED); y el Premio Homo Homini 2016, de la ONG checa Peoples in Need.
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