Foto: elTOQUE.
Buscar la cura en la naturaleza
13 / agosto / 2021
Enma tiene 77 años y es yerbera. Vive en Naranjal, Matanzas, provincia que a finales de junio de 2021 experimentara una de las mayores tasas de incidencia de la COVID-19. Temprano en la mañana Enma sale de su casa rumbo al monte en busca de plantas medicinales para aliviar las dolencias de sus vecinos. Las plantas que recoge tienen diferentes propiedades y ella las conoce todas; las hay antibióticas, analgésicas, sedantes, para la picazón, para el catarro…
Enma sufre de varias enfermedades crónicas y necesita vitaminas que refuercen su sistema inmune. Su hija solía conseguírselas a través de personas que viajaban al extranjero, pero hace tiempo que no tiene acceso a ello e intenta resolver con las yerbas.
Su casa se filtra si llueve y carece de sistema de agua corriente. El año pasado, el Gobierno le otorgó un subsidio para arreglarla. Cuando Enma se percató de que el albañil designado para el trabajo robaba los materiales y los vendía en el mercado negro, era demasiado tarde; el hombre había vendido todo.
El albañil está en prisión y ella continúa a la espera de que en las oficinas de La Habana reconozcan lo sucedido y reintegren el subsidio para, al fin, arreglar su casa.
Además de sus recorridos en busca de plantas medicinales Enma tiene otra rutina. Espera la visita diaria de su hermano Francisco. Le prepara café y le entrega un racimo de flores para que las coloque debajo de la foto de Obdulia, la madre de ambos, quien murió el año pasado con 102 años.
Con récord de casos positivos, hospitales colapsados y farmacias vacías, muchos como Enma encuentran alternativas para sus dolencias en la medicina verde y, en especial, en la fitoterapia. Hay quienes cultivan plantas medicinales en sus patios; otros, como ella, salen a buscarlas al monte o acuden a farmacias de medicina verde y dispensarios especializados.
El Cuadro Básico de Medicamentos en Cuba lo integran 619 productos: 351 para hospitales y 268 para farmacias. De ellos, 263 (42%) son de importación y 356 (58%) son nacionales: 350 producidos por BioCubaFarma, 5 por la industria alimentaria y 1 por el Centro Nacional de Sanidad Agropecuaria.
De los fabricados por BioCubaFarma, un promedio de 85 estuvo en falta durante 2020. A ellos se suman aquellos de importación que no han podido entrar al país en los últimos meses y que se usan, en lo fundamental, en la atención secundaria de salud.
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